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Pianos de cuartos de tono


El piano de cola de cuartos de tono

En 1923, Förster construyó la primera versión del piano de cola de cuartos de tono con la colaboración del compositor y teórico musical checo Alois Hába. Este constaba de dos cajas de resonancia superpuestas con una estructura convencional y una serie de tonos afinados con un cuarto de tono de diferencia.

El instrumento se tocaba mediante un teclado especial, aunque basado en la disposición habitual de las teclas, que contaba con varios niveles. Más tarde se desarrolló un teclado nuevo que eliminó completamente la división tradicional de las teclas.

Además, se construyeron unos barrajes que permitieron alcanzar la escala de cuartos de tono en una sola caja de resonancia, de manera que fue posible integrar los 170 grados musicales en un piano vertical estándar.

Como se constató por aquel entonces, esto "requirió una construcción ingeniosa, así como una enorme precisión por parte de los técnicos".




El piano vertical de cuartos de tono

En otoño de 1928, Förster sorprendió al público experto asistente a la Feria de Leipzig con el primer piano vertical de cuartos de tono. Este piano, cuyo exterior recordaba al de un órgano, se construyó por encargo del compositor Ivan Wyschnegradsky, que residía en París. Su estructura básica la conformaban dos cajas de resonancia, cada una de las cuales constaba a su vez de barrajes, tabla armónica, placa de hierro y cuerdas. Al igual que en el piano de cola, las dimensiones y el revestimiento de las cuerdas de una de las cajas de resonancia se habían calculado y afinado un cuarto de tono por arriba.

Los dos últimos pianos de cola de cuartos de tono que existen se encuentran en el Museo Nacional de Praga, en la sección del Museo Checo de la Música, y en el Instituto Nacional de Música Árabe de El Cairo.
 
 
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