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Cómo se fabrica un instrumento


El almacén de madera

La calidad de la madera resulta decisiva para la calidad de un instrumento. Por ello, en AUGUST FÖRSTER utilizamos únicamente maderas seleccionadas con sumo cuidado. Por ejemplo, para la tabla armónica —una pieza tan importante en el piano—, utilizamos madera de pícea de las montañas. En las cotas altas, los árboles crecen más despacio. Sus anillos anuales estrechos aumentan la capacidad de vibración y favorecen la propagación del sonido. Como resultado, el sonido de las cuerdas se amplifica de forma óptima. El mismo principio se aplica a los puentes, que trasmiten la vibración de la cuerda a la tabla armónica. Esta transmisión debe llevarse a cabo sin pérdidas, lo que se consigue perfectamente con el arce sicómoro.

En AUGUST FÖRSTER adquirimos nuestras maderas de distribuidores regionales. Una vez en nuestra fábrica, se someten a un secado técnico y, luego, se almacenan durante un año por cada centímetro de espesor que tenga la tabla. Durante su procesamiento posterior también añadimos constantemente periodos de maduración. Como consecuencia, la madera de un instrumento ya terminado «trabaja» muy poco, por lo que nuestros pianos se conservan afinados durante mucho tiempo. Por lo general, suelen transcurrir unos cuatro años hasta que las tablas que adquirimos abandonan nuestra manufactura como parte de un instrumento acabado.
 
 

Los barrajes

La carga que deben soportar los barrajes procede, por una parte, de la tensión de las cuerdas. Si están tensadas, los barrajes y la placa de hierro fundido deben soportar entre 16 y 20 toneladas, dependiendo del modelo. El elevado grado de rigidez necesario para ello se consigue combinando madera dura y madera blanda durante su construcción. Por otra parte, los barrajes soportan todos los elementos del instrumento: la tabla armónica, la placa de hierro fundido y las piezas del mueble.

La construcción de los barrajes se prolonga durante meses de maduración para evitar, en la medida de lo posible, que la madera se alabee más tarde. Ya solo la estructura básica de madera de haya se almacena durante nueve meses antes de ensamblarse con las barras de pino. Una vez listos los barrajes, se vuelven a almacenar durante medio año más antes de seguir trabajándose. Prácticamente ningún otro fabricante de pianos se toma tanto tiempo en su construcción. En AUGUST FÖRSTER lo hacemos con conocimiento de causa.
 
 

La estrella de encolado

Para las visitas, la estrella de encolado es la gran atracción de nuestra sala de máquinas. Sin duda, es un invento muy práctico, fruto de la necesidad de encolar listones de madera en muy poco espacio y del modo más eficiente posible para formar tableros de madera maciza. Desde entonces sigue prestando sus servicios hasta la fecha. Los tableros de madera que se fabrican con la estrella de encolado se emplean después, por ejemplo, para los cilindros, las tapas del piano o los atriles.

Generalmente, en la sala de máquinas se prefrabrican todas las piezas de madera: barrajes, tapas, patas, puentes... Nuestros instrumentos se fabrican de principio a fin con madera maciza, otra particularidad nuestra en la construcción moderna de pianos. No utilizamos tableros de aglomerado ni de fibras. Nuestros instrumentos también obtienen un toque individual a través del chapado. No importa si se quiere un piano de cola de estilo rococó, un piano vertical color rubí o uno con tonos cerezo, nogal o roble, también fabricamos instrumentos a medida de nuestros clientes.
 
 

La placa de hierro fundido

Las placas de hierro fundido son un elemento esencial en los pianos de AUGUST FÖRSTER. Después de calentarse a altas temperaturas, el hierro líquido se vierte en un molde de arena. Actualmente, este paso ya no se realiza en Löbau, sino en las ciudades de Bielefeld y Offenbach, al oeste de Alemania, con lo que así nos mantenemos fieles a nuestro principio made in Germany. Para albergar todas las clavijas requeridas para sujetar y guiar las cuerdas, es necesario practicar más de 500 orificios en una placa de hierro. Una vez taladrada, lijada y desbarbada, se procede a refinar la pieza. Las irregularidades se eliminan a mano para lograr superficies totalmente uniformes y, por último, todas las placas se dotan de un acabado dorado y brillante. Una imagen impecable es uno de los requisitos indiscutibles que han de tener todos nuestros instrumentos, en particular, nuestros pianos de cola.

Las placas de hierro de los pianos de AUGUST FÖRSTER son de creación propia y presentan deliberadamente unas dimensiones estables para garantizar la durabilidad de los instrumentos. Un pequeño apunte: en Löbau, la fundición de hierro no solo tiene tradición en AUGUST FÖRSTER. Nuestra pequeña ciudad de la Alta Lusacia es famosa por contar con el único mirador de hierro fundido del mundo. Año tras año, atrae a miles de turistas desde 1854, solo cinco años antes de fundarse nuestra manufactura de pianos. La König-Friedrich-August-Turm (Torre del rey Federico Augusto) de 28 metros de altura es una construcción excepcional y una obra maestra, al igual que cada uno de nuestros instrumentos.
 
 

La tabla armónica

La tabla armónica amplifica la superficie de cada una de las cuerdas y hace que el aire vibre, con lo que permite que suene tanto un sonido alto y vibrante como uno más bajo y fino. En comparación con los instrumentos de otros fabricantes, la tabla armónica de AUGUST FÖRSTER es relativamente grande. De este modo conseguimos sonidos claros en cualquier altura, en particular también en los graves, algo que siempre fascina a los pianistas y hace destacar nuestros instrumentos de otros.

La tabla consta de una capa de madera de pícea de unos pocos milímetros de grosor procedente del Val di Fiemme, un valle italiano en los montes Dolomitas donde se tala para los instrumentos de AUGUST FÖRSTER. De este valle proceden maderas muy especiales, como las taladas siglos atrás para los famosos violines Stradivarius. Una empresa especializada fabrica las tablas armónicas siguiendo nuestras especificaciones directamente en esta región italiana. Una vez en Löbau, esta madera también madura desde dos (para los pianos verticales) hasta cuatro años (para los pianos de cola) antes de que la sigamos procesando. Esta práctica es una tradición artesanal consolidada a la cual nos aferramos.
 
 

Las cuerdas

Un piano necesita cerca de 230 cuerdas para desplegar su sonido. El acero para las cuerdas procede de una cadena montañosa en Baviera nororiental, las Fichtelgebirge. Adicionalmente, en nuestra empresa entorchamos a mano hasta 55 cuerdas por instrumento con hilos de cobre purísimo, lo que les proporciona más volumen a los bordones. En los pianos verticales, la cuerda más corta mide solo unos centímetros, mientras que la más larga casi 130. Al mismo tiempo, las cuerdas son más gruesas cuanto más grave es su sonido: desde 0,875 hasta 7 milímetros, en intervalos de centésimas de milímetro. «Los conocimientos necesarios para tensar una cuerda son fundamentales a la hora de construir un piano— indica Olaf Mehlich, experimentado maestro constructor de pianos, que trabaja con nosotros desde hace muchos años—. Al final, el sonido de todas las cuerdas debe armonizar, algo que solo se consigue con la experiencia».

Una vez se han tensado todas las cuerdas, el instrumento se afina por primera vez. Este proceso se repite seis veces más antes de que un piano abandona nuestra manufactura. Ahora, la placa de hierro, los barrajes, las cuerdas, etc. están bajo tensión por primera vez. Antes de seguir trabajando en el instrumento, empieza un periodo de «reposo» de unas cuatro semanas. Solo después se sigue ensamblando el instrumento.
 
 

El encolado

En la sección de encolado se obtiene una primera impresión de cuál será el aspecto final de un piano. El mueble se construye alrededor de los barrajes y la placa de hierro fundido. Para ello se ensamblan algo más de una docena de piezas, que, en parte, se unen de forma permanente con cola. Estas uniones fijas son importantes, ya que incluso un cambio milimétrico podría perjudicar la aptitud del instrumento para poderse tocar. Además, la caja contribuye por su parte al volumen del sonido de un piano.

En la sección de encolado se suele utilizar cola fría, aunque para determinados bordes, nuestros compañeros también mezclan cola caliente. Durante este proceso, AUGUST FÖRSTER también conserva las técnicas tradicionales de construcción de pianos. Ensamblar las piezas laterales, el cilindro, el fondo del teclado, entre muchas otras piezas, es un trabajo de máxima precisión. El espacio entre ellas debe ser el exacto en todo momento. En esta sección se trabaja en varios instrumentos al mismo tiempo, ya que la cola necesita tiempo para secarse. Los trabajos que se realizan aquí son labores propias de carpinteros. Y es que en AUGUST FÖRSTER no solo trabajan constructores de pianos, sino sobre todo carpinteros cualificados. En nuestra empresa también formamos en esta profesión, por ello, en verano solemos dar la bienvenida a aprendices nuevos.
 
 

El curvado de la madera

La técnica de curvar la madera para el lado exterior es similar a la fabricación de los barrajes. Cada una de las capas se encolan, se superponen y se disponen alrededor de un molde. El siguiente paso es tener paciencia. El lado exterior se ha de secar durante 48 horas bajo presión. Después transcurren cuatro semanas antes de que se siga procesando. Este es el tiempo que necesita la cola para secarse por completo. La longitud de los lados exteriores también impresiona: en nuestros pianos de cola más pequeños es de 4,80 metros, pero en los pianos de cola para conciertos del modelo 275 el lado exterior llega a alcanzar incluso los 6,60 metros. Esto significa que las chapas de madera no solo se han de superponer, sino también encolar unas a otras mediante la antigua técnica artesanal de juntar en inglete.

Por fuera, el lado exterior del piano de cola se suele pintar de color negro y pulirse hasta obtener un acabado brillante. En el caso de los pianos de cola para conciertos, el interior se elabora con chapas de arce ojo de pájaro. Esto les confiere una apariencia especialmente noble y aviva el brillo de la placa de hierro fundido pintada de color dorado.
 
 

Acabado de la superficie

El secreto del conocido barnizado tipo piano está, entre otras cosas, en el número de sus capas. Para el acabado de la superficie de un piano, la madera recibe desde cinco a nueve capas de pintura hasta que el lacado tiene un grosor de cerca de un milímetro. Después, la pintura debe secarse por completo.

Una vez seca, se trata de lijar y lijar, una y otra vez, con un papel de lija cada vez más fino. Solo así se obtiene el negro profundo y brillante, característico del barnizado tipo piano. Por ejemplo, para finalizar la tapa de un piano de cola nuestros compañeros trabajan hasta dos días (en función de su tamaño) hasta alcanzar el brillo deseado.

El negro sigue siendo el color más solicitado tanto en los pianos verticales como en los de cola. No obstante, si el cliente lo desea, AUGUST FÖRSTER también fabrica instrumentos de color rojo rubí, azul acero o violeta burdeos, a menudo en blanco y, por supuesto, con diversos tipos de chapado: cerezo, nogal, haya, roble, caoba... Si el cliente nos comunica cómo sería su instrumento de ensueño, nosotros lo hacemos realidad.
 
 

El ensamblaje

En la sección de ensamblaje, el teclado y la mecánica se ajustan entre sí mediante un sinfín de operaciones. AUGUST FÖRSTER adquiere estos dos complejos mecanismos de empresas especializadas alemanas: Kluge es el fabricante de los teclados, mientras que la mecánica la adquirimos de Renner. En nuestra empresa, incorporamos estos productos de primera categoría en todos nuestros instrumentos, incluidos los modelos para principiantes.

Para que los teclados y las mecánicas funcionen perfectamente, entre otras cosas, se deben coordinar las relaciones de palanca, ajustar las posiciones de los cabezales de los macillos y agregar los apagadores. Esto requiere muchísima delicadeza, una amplia experiencia y un alto grado de precisión y concentración en el trabajo.

Los compañeros de este departamento trabajan alrededor de dos días en un piano vertical, mientras que para un piano de cola requieren incluso hasta cinco días. Una vez finalizado todo este trabajo, el instrumento ya está preparado para que se pueda tocar bien después. También es el momento en el que el piano se puede tocar por primera vez de forma normal. Las tareas que se realizan en la sección de ensamblaje son las típicas de la construcción de pianos y, por ello, esta sección es una parada importante para los aprendices en AUGUST FÖRSTER.
 
 

Últimos retoques

Cuando se trata de abordar los últimos detalles en la construcción de un instrumento, hay un objetivo que cada vez se torna más importante: «El pianista debe poder modular el tono durante tanto tiempo y con tanta precisión como sea posible», indica Olaf Mehlich. Este es el requisito que debe cumplir todo piano al abandonar la manufactura de Löbau. Nuestros competentes empleados son los encargados de optimizar las secuencias de movimiento del mecanismo musical.

Para cada uno de los 88 tonos de un piano existen unos once criterios que deben revisarse y que requieren determinados ajustes. En los pianos de cola, este número es aún mayor. Entre ellos se incluyen, por ejemplo, alinear las teclas, así como ajustar su peso y calado. Si un cliente tiene unas preferencias particulares sobre la respuesta a la pulsación que debe tener el instrumento, estas también se tienen en cuenta.
 
 

La entonación

Un piano puede producir los tonos más suaves y bajos e, instantes después, sonar con una fuerza arrolladora. Para poder generar unos sonidos tan variados se requiere una buena dosis de trabajo previo. De ello se encargan, sobre todo, los técnicos en entonación de la manufactura de pianos AUGUST FÖRSTER de Löbau, aunque las bases para lograr el sonido perfecto ya se han sentado en la sección de ensamblaje. El sonido de un instrumento no procede solo del tono con el que vibran las cuerdas, sino también del ruido de la pulsación o de los mangos de los macillos. Por ello, estos mangos se ordenan con precisión antes de montarlos. Así comienza la modulación de los tonos, que culmina con el sonido cálido a la vez que brillante, característico de AUGUST FÖRSTER.

Con sus conocimientos expertos, los técnicos en entonación saben cómo trabajar los cabezales de los macillos. Para ello, pinchan el fieltro en determinadas zonas con unas agujas pequeñas y modifican así intervalos pequeños, aunque relevantes, de un tono. Entonar un instrumento de manera que cada uno de los tonos emita un sonido perfecto es algo que solo saben hacer los auténticos profesionales. Escuchan con atención y reaccionan ante lo que perciben. Consiguen que los tonos se desarrollen correctamente antes de atenuarse o que un bordón grueso entorchado en cobre suene de manera armónica con una cuerda aguda mucho más corta y fina. Un piano puede transmitir un sinfín de emociones. En AUGUST FÖRSTER procuramos que sean las adecuadas en cada momento.
 
 

Nuestros expertos

En nuestra manufactura de pianos las tareas están claramente repartidas. Los trabajadores de AUGUST FÖRSTER se concentran en su trabajo artesanal, es decir, en fabricar instrumentos de alta calidad. La venta de pianos corre a cargo de especialistas, en concreto, de las tiendas de música y pianos de Alemania, Europa y del resto del mundo. No obstante, AUGUST FÖRSTER siempre está muy cerca de sus clientes. No pasa ni un solo día sin que nos llegue alguna consulta sobre los instrumentos. Además de obtener una respuesta competente, a los interesados también se les brinda la oportunidad de visitar la manufactura de Löbau. Aquel que adquiere un instrumento nuevo tiene la posibilidad de ver por sí mismo cuánto amor y trabajo manual concentran nuestros instrumentos durante una visita a las salas de producción.

Por su parte, nuestros distribuidores también acuden regularmente en busca de instrumentos para sus clientes o para elegirlos junto a ellos. En ese caso, ponemos a su disposición diferentes instrumentos para que los puedan probar con tranquilidad y escoger el piano con las características que quieran. Por otra parte, las tiendas de música también son muy importantes para nosotros, porque no solo ofrecen asesoramiento profesional próximo al cliente, sino que también son un punto de contacto fundamental al que se puede- recurrir después de la compra. Al igual que un coche debe revisarse de forma periódica, también es recomendable hacer lo propio con un instrumento. Afinarlo periódicamente contribuye a mantener el valor del piano y garantiza que se pueda utilizar de forma permanente.
 
 

En academias

Las personas que se entusiasman con los instrumentos de la manufactura de pianos de Löbau son de lo más diferentes: familias que adquieren un piano de AUGUST FÖRSTER para tocar en casa, profesores de música que conocen los más variados instrumentos y que valoran el sonido típico de FÖRSTER o instituciones que se decantan conscientemente por nuestros pianos de tradición artesanal. Entre estas últimas se encuentran la academia sajona de música de Colditz, que cuenta exclusivamente con pianos de Löbau, la escuela de música del distrito de Görlitz, con la que AUGUST FÖRSTER colabora estrechamente, así como un gran número de escuelas de Sajonia, Suiza y Rusia, entre muchos otros países.

AUGUST FÖRSTER también está presente tanto en centros de enseñanza superior y teatros como en tiendas de música que organizan actos públicos. Entre nuestros clientes se cuentan iglesias noruegas, salas de ópera escocesas y rusas, así como conservatorios de música alemanes y suizos. Estas y muchas otras instituciones eligen los instrumentos de AUGUST FÖRSTER, obtienen pianos de primera calidad para sus conciertos y dan a conocer por todo el mundo el nombre de esta casa con 160 años de historia y tradición.
 
 
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